Las casas son imágenes de la personalidad y las ciudades, conjunto de casas organizadas a lo largo de calles y avenidas, así como dispuestas alrededor de plazas, representan el universo.
Los tejados y las terrazas son la cabeza y el espíritu; las ventanas, los ojos y las puertas las bocas que sirven para hablar y para besar.
Las calles, si son escalonadas, tanto sirven para subir como para bajar, pero la predisposición de cada persona al verlas de una manera o de otra siempre lleva a interpretaciones ascendentes o descendentes del espíritu. Y si el sol da de lleno a las fachadas, las tejas tienen el activo rojizo de la sangre, los porticones de los ventanales están abiertos de par en par y se encuentran pocas persianas bajadas, como pasa en la mayoría de los cuadros de Perevalsky, la primera sensación de que el pintor nos transmite un mensaje de solidaridad y de optimismo; de positiva afirmación de que los hombres y las mujeres hemos de caminar juntos a la conquista de la felicidad colectiva para obtener la individual. |